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Las enfermedades bucodentales siguen siendo de alta prevalencia en nuestro país y el mundo, tal como precisa la Organización Mundial de la Salud (OMS), que indica que entre el 60% y 90% de los escolares presentan caries dental, cifras que dan cuenta que esta sigue siendo la principal enfermedad de salud bucal, por lo que debe ser considerada como problema de salud pública.
Especialistas precisan que la enfermedad de la caries dental es multifactorial, lo que significa que la prevención debe abarcar distintas áreas de intervención: cepillado dental, dieta, acceso a la atención dental, comportamiento del huésped, factores sociodemográficos, entre otros.
Por lo anterior, el Ministerio de Salud, Minsal, sostiene que resulta vital entender que las consecuencias de la caries dental son acumulativas y al tener una alta carga de enfermedad infantil, se tendrá una población adolescente muy enferma y consecutivamente una población adulta que sufrirían las secuelas de la enfermedad, como la pérdida de sus dientes, afectando enormemente la calidad de vida de las personas y de la sociedad.
En dicho ámbito, el docente de la carrera de Odontología de la Universidad Viña del Mar, Hugo Toloza Álvarez, explica que “considerando lo planteado por el Minsal es importante mencionar que la primera visita al odontólogo debe realizarse durante el primer año de vida. La periodicidad de los controles dependerá del riesgo establecido por el odontólogo, cuyo fin, es evitar que las visitas sean asociadas al dolor o alguna enfermedad”.
Por lo anterior, Toloza precisa que la primera visita al odontólogo es básicamente para instruir y orientar a los padres o cuidadores sobre:
– Cómo realizar la higiene de la boca del niño/a
– Tipo de cepillo y pasta dental adecuados para cada niño
– Cómo la alimentación puede afectar la salud oral
– Hábitos nocivos para sus dientes como el chupete, biberón nocturno, etc.
– Evaluar consumo de fármacos que puedan disminuir o afectar el flujo salival.
– Estado de las encías y mucosas del niño/a
– Promover la lactancia materna
– En caso de ser necesario realizar tratamientos preventivos.
“En el caso puntual del uso de flúor en niños debemos considerar la cantidad de pasta de dientes que es aplicada, más aún, considerando la gran variedad disponible en el mercado, la literatura internacional validada científicamente demuestra que la pasta debe contener al menos 1.000 ppm de flúor para prevenir caries”, explica el docente y agrega que “lamentablemente en Chile, aún existen pasta de dientes “infantiles” que cuentan con 500 ppm de flúor, las cuales no ayudarían a reducir el riesgo cariogénico. Es importante mencionar en este punto que la cantidad de pasta a utilizar es relevante, ya que lo recomendado en menores de 2 años es que se aplique pintando la punta del cepillo y en mayores de 2 años que sea del tamaño de una arveja. Todo lo anteriormente descrito debe ser siempre previa indicación de un odontólogo, al igual que el uso de otro mecanismo para incorporar fluoruro, como es el barniz de uso tópico”.
Finalmente, Toloza sostiene que “en la primera visita al odontólogo es muy importante acompañar a los niños lo más relajado posible e intentar no trasmitir nuestros propios miedos y aprehensiones a los niños. Si bien la consulta odontológica es intimidante para cualquiera, los dentistas y sobre todo los odontopediatras, estamos capacitados en técnicas de adaptación que pueden hacer que esta primera visita sea lo más amistosa posible y libre de llantos. La clave del éxito, como en todo, ¡es la prevención!”.