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En un pa铆s en donde el deporte nacional carece de pol铆ticas deportivas que amparen a los atletas, donde la mayor铆a de las federaciones no cuentan con el financiamiento para elaborar un ciclo de proyecci贸n, cuyo centralismo resta de oportunidades a los deportistas de regiones y en un Chile donde el f煤tbol es la 煤nica disciplina que percibe ingresos para poder ser profesional, es que debi茅semos catalogar a los deportistas como verdaderos pr贸ceres de la patria.
Es que entrenar como un deportista de alto rendimiento, con los tiempos que requiere la preparaci贸n diaria, muchas veces sin financiamiento para trasladarse o alimentarse adecuadamente, es que nos hace reflexionar que al momento de salir a representar al pa铆s- pese cualquier resultado que se obtenga- deber铆an ser doblemente reconocidos por su esfuerzo y dedicaci贸n.
Jean Carlo Mu帽oz Molina
La mayor铆a de estos talentos en alg煤n minuto se ven enfrentados con la decisi贸n de ingresar a la educaci贸n superior y es precisamente en ese momento donde surge el mito de que la universidad es el cementerio de los deportistas. Pues bien, si analizamos que dedican horas de entrenamientos, de que deben estudiar para aprobar asignaturas y tienen que trabajar para mantenerse y costear sus gastos, claramente las universidades son la tumba de un deportista. Sin embargo, esa determinaci贸n es una afirmaci贸n demasiado injusta hacia las casas de estudio, puesto que, si los deportistas pudiesen recibir un sueldo y vivir como deportistas de alto rendimiento, dedicar铆an su tiempo y trabajo a un solo objetivo.
A trav茅s del deporte muchos j贸venes han podido entrar a la academia, por medio de ingreso especial y financiamiento de becas. Han logrado potenciar sus carreras deportivas con una profesi贸n y nosotros como instituci贸n educativa tenemos el deber de apoyarlos y seguir avanzando hacia el desarrollo del deporte universitario porque al menos en la Universidad Vi帽a del Mar nos preocupamos de que nuestros estudiantes puedan compatibilizar el deporte y los estudios.