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¿Quién no ha experimentado alguna vez la frustrante sensación de tener una palabra en la punta de la lengua? Esa incómoda certeza de que sabemos exactamente lo que queremos decir, pero simplemente no podemos acceder a la palabra en ese momento. Este fenómeno es más que una simple anécdota. Está profundamente vinculado a cómo funciona nuestra memoria, particularmente, a nuestra capacidad para recuperar información almacenada.
El fenómeno de la “punta de la lengua” ocurre cuando fallan los enlaces necesarios para hacer consciente una palabra que está presente en nuestra memoria. Aunque semánticamente entendemos lo que queremos expresar, la parte fonológica, es decir, la forma sonora de la palabra, no se activa. Este tipo de bloqueos es más común con el paso de los años, afectando especialmente a las personas mayores, quienes experimentan con más frecuencia esta dificultad para acceder a las palabras correctas.
La investigación ha demostrado que este fenómeno aumenta con la edad debido a que la recuperación de información fonológica se vuelve más difícil a medida que envejecemos. Aunque el significado de la palabra esté claro, las personas mayores a menudo luchan por recuperar la palabra exacta, lo que genera frustración en conversaciones diarias. Este fenómeno no solo es una molestia ocasional, sino que también puede ser un indicador temprano de un envejecimiento cognitivo patológico o de la aparición de trastornos de memoria.
Es aquí donde el papel del fonoaudiólogo se vuelve fundamental. El lenguaje es una función cognitiva esencial que nos permite comunicarnos y desenvolvernos en la vida diaria. Cuando el fenómeno de la “punta de la lengua” se vuelve más frecuente, no solo interfiere en las conversaciones, sino que puede tener un impacto emocional significativo. Las personas mayores, al no poder expresarse con claridad, pueden llegar a sentirse frustradas o ansiosas.
El fonoaudiólogo no solo trata estos problemas, sino que también trabaja en su prevención. Mediante ejercicios y estrategias para mejorar la fluidez verbal y la memoria operativa, contribuimos a mantener una comunicación efectiva, mejorando así la calidad de vida de quienes experimentan estos bloqueos lingüísticos. En última instancia, su intervención es clave para evitar que pequeños fallos en el lenguaje se conviertan en un obstáculo mayor para el bienestar.
Por: Daniela Marín, fonoaudióloga y académica UVM.