Noticias y Actividades
Título: Argentina y la construcción de una base militar en territorio chileno: ¿Hasta cuándo Catilina abusarás de nuestra paciencia?
Esta frase se dijo hace mucho tiempo por Cicerón en contra de Catilina, un político romano del primer siglo d.C., que se caracterizaba por ser intrigante y urdir una rebelión contra el Gobierno y el Senado romanos de la época, en parte para superar sus problemas económicos y, por cierto, por ambición, por la eterna ambición por el poder.
¡Argentina construyó parte de una base militar en territorio chileno! Se dice que son solamente unos paneles solares que se encuentran en territorio nacional, pero en definitiva es parte de una base militar de control fronterizo en un lugar estratégico para quien lo controle.
¿Chile que hace o dice? Poco o nada. Sin duda que es difícil reaccionar ante estas situaciones. En estricto rigor si a cualquiera de nosotros, en nuestra propiedad, el vecino construye algo reaccionaríamos reclamando tal vez airadamente, intentaríamos incluso evitar que se realice o avance con tal construcción, tal vez trataríamos de destruirla alegando que es nuestra propiedad en la que se está construyendo. ¡El derecho nos asiste! En este sentido, esperemos, que las recientes declaraciones de nuestro Presidente se mantengan.
¡Insisto, Argentina construyó parte de una base militar en territorio chileno! ¿Qué hacer? ¿Destruir esa construcción? ¿Rodearla con personal militar chileno? ¿Construir una obra mayor para marcar presencia y posesión clara y estable en el lugar? Lo que sea que se haga, se debe recordar que la posesión del terreno es esencial para demostrar y ejercer soberanía. Sospecho que si las autoridades chilenas y, por cierto, el ciudadano chileno, continúan teniendo la actitud de siempre, esto es, falta de preocupación, cultura y visión de futuro en las relaciones internacionales y compromiso real por proteger los intereses nacionales (como sí lo han hecho siempre los argentinos), nuevamente perderemos territorio nacional en favor de nuestros vecinos.
Volviendo al comienzo de lo dicho, tendrá algún sentido en nuestra mediocre realidad intelectual, cultural y política, preguntar hasta cuándo Catilina, ¿hasta cuándo? Que sería un equivalente a preguntar hoy, ¿hasta cuándo Argentina? Tal vez deberíamos preguntarnos a nosotros mismos, hasta cuándo seguiremos siendo tan tibios, mediocres e inconsistentes en tantos aspectos como nación, lo que por cierto se refleja en nuestras autoridades, con muy escasas excepciones.
Nos merecemos los gobiernos que hemos tenido y tenemos, porque lisa y llanamente son el reflejo de lo que somos, mejor dicho, en lo que nos hemos convertido como país, en mediocres, ¡aunque duela y moleste decirlo! Consuelo siempre encontraremos, en este caso, ese dolor y molestia se podrá superar con un buen bife de chorizo argentino.