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Con el objetivo de dar respuesta a las necesidades del territorio, la Universidad Viña del Mar, (UVM), a través de su Escuela de Ciencias Agrícolas, Veterinarias y Medio Ambiente, llevó a cabo un proyecto institucional que busca educar a la población y entregar herramientas a los vecinos y vecinas del sector de Rodelillo para potenciarlos en materia de sustentabilidad.
El fenómeno del cambio climático es una problemática a nivel mundial. Por ello, varios países se han comprometido a reducir sus emisiones de Gases Efecto Invernadero (GEI) a través del reconocido Acuerdo de París. En este sentido, este proyecto busca trabajar con la comunidad la reutilización de los residuos orgánicos en el campamento Esperanza 11 de Viña del Mar, mediante la implementación de un espacio para el compostaje o biodigestores anaeróbicos, así lo explica la directora de Escuela, Dra. Ximena Valderrama.
“Este proyecto- en particular- busca crear conciencia en la comunidad sobre el impacto positivo que genera en el medio ambiente la gestión sustentable de residuos, más aún cuando la mitad de la basura generada en los hogares corresponde a orgánicos. Con esta iniciativa se busca impactar en las familias del campamento, enseñándoles a utilizar los desechos orgánicos en compostaje, construcción de huertas e implementar un sistema colaborativo que apoye al comedor solidario a cargo de los dirigentes sociales”.
La Dra. Valderrama detalla que el proyecto consideró en su etapa inicial un sondeo en el territorio, con el fin de tener datos comparativos durante todo el proceso de intervención. “Antes de instalarnos en el territorio, nuestros estudiantes aplicaron una encuesta para hacer un levantamiento de información respecto a la situación que tienen las familias del campamento en relación a sus desechos orgánicos, instrumento que nos facilitó contar con un diagnóstico previo. Además, al momento de cerrar el proceso, nuestros académicos se reunieron con las vecinas del sector para conocer- en primera persona- la evaluación del proyecto. Además, retomando las clases este 2024, está considerado visitar nuevamente el lugar, a fin de hacer seguimiento y ver cómo han implementado todos los conocimientos entregados por parte de nuestra casa de estudios”.
Por su parte, Marcelo Aguilar, coordinador académico (i) de Agronomía e Ingeniería en Medio Ambiente y Recursos Naturales indica que “el proyecto se enmarca dentro de la bidireccionalidad de la vinculación con el medio, entendiendo que a los alumnos de ambas carreras los inserta en una situación real, de aprendizaje real con personas externas al aula académica, a quienes se les orienta primero en el desarrollo de habilidades sustentables, de cuidado con el medio ambiente y reutilización de residuos orgánicos. Por otro lado, la comunidad vecinal también se ve beneficiada porque esta actividad impacta de manera positiva sobre la calidad de vida de las personas y su sentido de cuidado del entorno”.
Aguilar hace un balance precisando “el trabajo en conjunto con la comunidad fue positivo porque logramos realizar una huerta comunitaria, pudiendo unir el conocimiento de la academia a través de nuestros estudiantes y docentes al interés de los vecinos y vecinas del campamento, quienes solicitan a la universidad apoyo para resolver- en primera instancia- la problemática que tenían con los residuos orgánicos que produce el comedor solidario itinerante que se encuentra operando en este sector y que atiende todos los días del año. En este sentido, lo que consideró el proyecto fue un trabajo más integral, puesto que no solamente se habilitó un espacio para el compostaje, sino que también se creó esta huerta con el fin de que ellos pudiesen plantar sus propios alimentos y que eso les sirviera de insumos para el funcionamiento de dicho comedor”.
Cabe mencionar que este proyecto de vinculación con el medio junto con realizar una huerta comunitaria y compost entregó asesoría en materias medioambientales, educando a la población tanto en materia de cuidado del agua como la prevención de incendios en quebradas, reciclaje y otros.
Para los vecinos y vecinas del campamento esta experiencia fue muy favorable, dado el aprendizaje que tuvieron durante todo el semestre en el que estuvo ejecutándose el proyecto. “Como comunidad estamos muy agradecidos porque aprendimos muchísimo para poder mantener nuestro comedor solidario, en que atiende a diario a los vecinos y vecinas no sólo del campamento, sino que del sector aledaño a éste y para nosotros la universidad ha sido un apoyo muy importante porque atendió a nuestro requerimiento y la sinergia que se dio tanto con los profesores como los alumnos de la UVM nos dejó muy contentos, queriendo poder continuar con el proyecto este 2024 y seguir creciendo como vecindad”, sostuvo María José Herrera, dirigente del campamento Esperanza 2011.