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En el auditorio de Fundación Telefónica, la Corporación de Universidades Privadas (CUP), a través de su Comité Alumni, organizó el seminario “Empleabilidad y Emprendimiento: Claves y Desafíos para el Futuro”. El evento reunió a destacados líderes del ámbito académico, empresarial y de la innovación para analizar las tensiones entre la educación superior y el mercado laboral, y reflexionar sobre el papel de las universidades en la formación de profesionales preparados para enfrentar los desafíos actuales.
En la apertura, Santiago González, presidente de la CUP y rector de la Universidad Central, destacó la necesidad de adaptar los programas educativos: “Las tecnologías convergentes están transformando las estructuras del mercado laboral, planteando retos significativos en términos de empleo e inclusión social”, sostuvo.
En ese sentido, llamó a las universidades a “reformular nuestros programas, integrando competencias técnicas, habilidades socioemocionales y una formación ética que permita a nuestros estudiantes enfrentar una fuerza laboral dinámica y en constante cambio”.
Reconociendo la innovación: Concurso Emprende CUP
Uno de los momentos destacados fue la primera edición del concurso Emprende CUP, organizado conjuntamente con Banco BCI y que recibió más de 100 propuestas innovadoras de estudiantes de las 16 universidades que conforman la CUP. Los ganadores destacaron por su creatividad y enfoque en soluciones disruptivas.
El tercer lugar fue Paula Aragoneses Encinas, de la Universidad Central, con su proyecto «HealthLearn»; el segundo puesto fue para Bastián Fuentes Gaete, de la Universidad Santo Tomás, con «Ecosustrato», mientras que el ganador fue Enoc Sadrac Habacuc Urrutia López, de la Universidad Adventista de Chile, con «Momur Kéfir de Maqui». “Esto es un reflejo de que con apoyo y dedicación se pueden obtener resultados positivos. Agradecemos a todos quienes estuvieron detrás de esta nueva idea apoyándonos”, expresó.
Paneles de discusión: Análisis y propuestas
Asimismo, la jornada incluyó un primer panel titulado «Regulación e indicadores de empleabilidad de los profesionales universitarios», moderado por Alejandra Becerra, directora de Empleabilidad y Alumni de la Universidad Bernardo O’Higgins, destacó la necesidad de mejorar las herramientas para medir la empleabilidad en el país.
En ese contexto, Pilar Romaguera, rectora de la Universidad de Las Américas, señaló que “en Chile, aún persisten grandes brechas de empleabilidad entre carreras, así como entre titulados y desertores. Aunque los titulados de educación superior tienen una tasa de empleo promedio superior al 70%, comparable con países como Estados Unidos, seguimos entregando información sesgada y estadísticas insuficientes a los estudiantes. Esto les dificulta tomar decisiones informadas sobre su futuro profesional”, indicó.
En tanto, Natalia Orellana, directora de Fundación Ocides, destacó que el concepto de empleabilidad aún carece de un consenso claro: “Hoy enfrentamos un problema terminológico. Cada institución usa definiciones diferentes (…) esto nos lleva a estadísticas fragmentadas y rankings preocupantes. Necesitamos empoderarnos de un cambio de paradigma, mejorar la pertinencia de los instrumentos de seguimiento a graduados y adoptar estándares nacionales comparables”.
Por su parte, Miguel Routhier, coordinador de la División de Educación Universitaria del Ministerio de Educación, resaltó el potencial de las tecnologías emergentes para la obtención de mejor data sobre empleabilidad. “Contamos con herramientas sólidas para medir datos como matrícula, pero seguimos rezagados en lo que refiere a empleabilidad. El uso de big data e inteligencia artificial podría transformar esta área, pero el Estado no avanza al ritmo de la sociedad civil. Además, conceptos clave como el emprendimiento están ausentes en nuestra base de datos actual”, dijo durante su intervención.
El segundo panel, «Herramientas para emprender, desafíos desde la formación universitaria y proyección laboral», también destacó el papel de las universidades en la creación de una cultura emprendedora. Bajo la moderación de Daniel Tello, director de Desarrollo Estudiantil y Exalumnos de la Universidad Viña del Mar, los panelistas ofrecieron diversas perspectivas.
Sergio Mena, rector de la Universidad Gabriela Mistral, subrayó la importancia de integrar el emprendimiento en la formación académica: “El emprendimiento no sólo es una herramienta que promueve el crecimiento y desarrollo económico, es también un cambio de mentalidad. Nuestras universidades deben garantizar que los estudiantes desarrollen habilidades como la creatividad y la resiliencia para enfrentar un mercado laboral que valora cada vez más la innovación”, sostuvo.
Por su parte, Francisco Videla, psicólogo y cofundador de FracasoLab, la primera consultora de gestión del fracaso en Chile, reflexionó sobre el papel del fracaso como motor de aprendizaje porque “enseñar a fracasar es clave para formar emprendedores exitosos”, dijo, agregando que “el fracaso no debe verse como un estigma, sino como una etapa del proceso creativo. En FracasoLab buscamos cambiar esa narrativa y preparar a los estudiantes para gestionar los desafíos del futuro”.
En tanto, Rocío Fonseca, experta en innovación y emprendimiento, destacó el rol de la colaboración entre el sector público y privado. “Chile tiene un ecosistema emprendedor prometedor, pero necesitamos fomentar vínculos entre las universidades y la industria. Los estudiantes deben estar inmersos en experiencias prácticas y proyectos reales desde su formación para cerrar la brecha entre academia y mercado laboral”, analizó.
Desafíos y compromisos
El seminario concluyó con las palabras de María Luisa Appelgren, jefa de Egresados y Empleadores de la Universidad Central, quien en representación del Comité Alumni recalcó la importancia del trabajo colaborativo. “El desafío que enfrentamos no es exclusivamente tecnológico. La empleabilidad responde a procesos multifactoriales que deben retroalimentar nuestros planes de estudio. No se trata de rendir cuentas a organismos de acreditación, sino de garantizar una educación que conecte con las demandas del mercado laboral y fortalezca el vínculo entre la academia y el empleo”.
