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Con la llegada de la pandemia a Chile, muchas áreas se vieron alteradas, especialmente el trabajo que realizan miles de personas. Dado el contexto de crisis, se dictó una nueva ley del teletrabajo, esto con el fin de lograr que un porcentaje de la población pudiera quedarse en sus hogares.
Esta ley plantea grandes desafíos para el teletrabajo inclusivo porque no solamente se piensa en la Personas con Discapacidad (PcD) y perfiles funcionales, sino también en talentos diversos referidos a mujeres, inmigrantes, personas mayores, en situación de pobreza, pertenecientes a pueblos originarios o residentes de zonas rurales.
La jefa de carrera de Educación Diferencial de la Universidad Viña del Mar, (UVM), Ingrid Díaz, señala que se puede visualizar una posibilidad en el teletrabajo para reclutar o bien revisar las prácticas inclusivas al interior de las organizaciones que ya poseen o buscan incorporar a colaboradores que tengan talentos necesarios para mejorar la productividad.
“Entre los desafíos se debe pensar en analizar cuáles son las barreras de acceso para ese trabajador o trabajadora, que es una minoría y que es factible que sea discriminado o que la empresa donde trabaja no cuenta con los mecanismos idóneos para que desarrolle su función profesional”, plantea.
La académica UVM agrega que “es importante tomar en cuenta el diseño universal para conocer los procesos de accesibilidad, para diseñar protocolos o procedimientos de teletrabajo inclusivo. Pero también es relevante declarar cuáles funciones son posibles de realizar en forma adecuada en trabajo a distancia o teletrabajo”.
Pero ¿qué es el diseño universal? Díaz responde que es un concepto que se inició en el mundo de la arquitectura, que se relaciona con diseño de productos y entornos que cualquier persona pueda utilizar. “Desde este hallazgo se entiende que la diversidad es inherente a cualquier grupo humano y esto permite diferentes alternativas al ser, además de escoger una opción que sea más adecuada y cómoda”.
Añade que “desde ese contexto apareció el concepto de accesibilidad universal, que se relaciona con la condición que deben cumplir organizaciones bajo la ley 20.422 respecto a entornos, procesos, bienes, productos y servicios para que sean comprensibles, practicables y se puedan utilizar por todas las personas de forma natural y autónoma”.
Junto con lo anterior, la experta hace mención a la implementación de apoyos para el colaborador de la institución en la que trabaja. “La entrega de herramientas prácticas, adecuaciones técnicas, soluciones, aplicaciones, plataformas tecnológicas, inmobiliario ergonómico, capacitaciones inclusivas, entre otros, son necesarios para construir un escenario laboral accesible, que provea de autonomía al teletrabajador”, puntualizó.