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El docente hizo una completa revisión desde el origen de las “transacciones”, en los primeros asentamientos, y su paso a la “economía de mercado”, imperante hasta nuestros días y determinante en el modo de organización de las ciudades.
En su cátedra hizo hincapié en que “la esencia de la naturaleza de la cuestión urbana es lo público”, explica que si la ciudad es el motor de la economía y el mercado es lo que permite eficiencia en la movilización de recursos y generación de riquezas, dichos recursos debieran ser fundamentalmente destinados al fortalecimiento de la ciudad, sus bienes y servicios de carácter público. Según esto, es crítico en manifestar que, en la actualidad, gran parte de las iniciativas privadas están enfocadas en la persecución de intereses materiales y el afán de lucro, a través de decisiones individuales que lamentablemente han dado forma a la estructura física de las ciudades actuales generando polos de riquezas y en el otro extremo de pobreza y vulnerabilidad social.
En este último punto, manifiesta que el estado debe jugar un rol clave, estableciendo mecanismos políticos de asignación de recursos, compatibilización de intereses y resolución de conflictos, construyendo una visión de ciudad, imágenes a alcanzar y cursos de acciones a seguir.
Según esto Trivelli afirma que: “el activo más valioso que puede tener una ciudad es un buen gobierno. Si la política es la administración de la polis, entonces hay que devolverle a la ciudad lo que le pertenece”.
Finalmente, dio cuenta de una serie de datos estadísticos a nivel mundial. Respecto a datos de población, se presenta una disminución de la tasa de población rural y crecimiento de la tasa de población urbana. Sin embargo, se da cuenta de un cambio en la estructura de edades, reducción del tamaño de hogares y baja tasa de natalidad, tendencia que llevará, en el futuro, a un alto crecimiento de la población adulto mayor.
Respecto a las condiciones de pobreza en la ciudad, en particular en nuestro país, el 20% de la población vive en condición de pobreza, lo que se debe principalmente a una mala distribución de los ingresos, comenta que “actualmente el 10% de los más pobres se lleva el 1% de la torta, sin embargo, el 10% de los más ricos se lleva el 40% de la torta, lo que da cuenta de que somos una sociedad egoísta”. Los salarios suben, y los precios de los terrenos suben 10 veces más, lo que lleva a que la localización de las viviendas para los más pobres sea cada vez más lejos del centro, de las oportunidades urbanas y con un alto costo en trasporte.
Para cerrar, Trivelli plantea que los dos grandes desafíos para las ciudades del futuro. El primero de ello dice relación con adaptar las ciudades a la población adulto mayor y, el segundo, superar las condiciones de pobreza e inequidad social.