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Las personas no hacen viajes, ellos nos hacen a nosotros, pues al volver de Espa帽a, nos dimos cuenta de ello, un mes en Europa nos hizo descubrir grandes cosas.
En mayo del presente a帽o, decidimos embarcarnos en esta nueva experiencia de vida, para crecer como personas y como futuros profesionales, realizando una especialidad en maltrato y abuso sexual infantil en la Universitat de Lleida, en Catalu帽a, donde nos acogieron de una manera inigualable. Los profesores nos ense帽aron a ver a las personas y a la vida desde una perspectiva m谩s humana, donde primaron los valores de la empat铆a y la resiliencia. Adem谩s nuestros compa帽eros fueron muy amables, integr谩ndonos como si fu茅semos unos catalanes m谩s, compartiendo su cultura, sus fuerzas para seguir adelante a pesar de las adversidades y a defender lo que queremos, recalcando a nosotros que, aunque caigamos una y otra vez, nos debemos volver a levantar.
Hemos aprendido que la realidad es que todos somos responsables del bienestar de la infancia y adolescencia, pues el maltrato a ni帽os y adolescentes es un problema social que no puede ni debe ser eludido por nadie, ya que estos son sujetos de derecho especialmente vulnerables por estar en constante desarrollo y depender del cuidado y atenci贸n de un adulto.
Es en estas etapas cuando se produce el desarrollo f铆sico, psicol贸gico y social de las personas, en este sentido, la violencia ejercida contra los ni帽os y los adolescentes produce un impacto inmediato, pero tambi茅n un impacto a largo plazo, el cual puede llegar a afectar el desarrollo del futuro adulto y su adaptaci贸n social.
Un ni帽o y un adolescente son maltratados cuando son objeto de violencia, f铆sica y/o psicol贸gica, de acci贸n y/o de omisi贸n por parte de las personas y/o instituciones de las que depende para su correcto desarrollo.
Es por ello que estamos convencidos de que la mejor manera de ayudar a un ni帽o es ayudar a sus padres, y tambi茅n, que la mejor forma de apoyar a las familias es asegurar la calidad de la red de apoyo social de la que formamos parte.
Como futuros profesionales, no hemos de olvidar nuestro papel como defensores de los menores y el hecho de que el no ejercerlo constituye una forma de maltrato por negligencia. S贸lo de esta manera podremos convertirnos en agentes de cambio ante el maltrato y abuso sexual infantil.
Por lo anterior, instamos a nuestros compa帽eros y compa帽eras a atreverse a llevar a cabo nuevas experiencias de vida, porque aunque pueda sonar dif铆cil o como 芦un lujo禄 de pocos, no es imposible, sino una gran ganancia y decirles que cuando uno quiere, puede.